Foto: José M.Sieres |
Una vez más me miras, me conoces bien, e intentas acortar mi tiempo de disimulos sobre la suave cama.
La ciudad nos espera, y tenemos toda las horas de la noche...
Nuestra intrépida familia |
Bilbao nos acoge entre sus calles, y como dos niños que juegan al escondite hacemos nuestra "casa" en cada esquina donde un sabroso "pinxo"nos hace de nuevo contar hasta diez.
Puppy y su Guggenheim |
Caen los medios días, pasan las horas de las mañanas entre compras por el viejo casco, que tras pasar por el teatro Arriaga, accedemos por la calle de Bidebarrieta terminando en la Catedral.
Como en casa nos sentimos y como jóvenes enamorados nos tumbamos y jugamos en el Parque Iturriza Doña Casilda, allí el sol nos hace de complice de las horas libres que tiene el día.
Buenos momentos pasados repletos de una mochila de recuerdos de otra maravillosa ciudad que nos acogió, dejándonos n sus últimas horas, los sabores de unas copas y melodias de jazz tumbados al sol ,en los jardines y parques de junto al museo en la Av. Abandoibarra.
Son las tres de la tarde... Nuestro taxi nos espera en el hotel para volver a casa, dejando la promesa de que cualquier día,cualquier tarde, pasearemos nuevamente por aquellas calles de Bilbao.
Foto: José M. Sieres |
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