1 dic 2010

Andares por la India

India
3 º DIARIO DEL VIAJERO.

Lo primero que debemos tener claro al visitar un país como este , es saber que todo lugar y costumbres donde has ido desarrollando tu vida y formando tus pensamientos han de quedar apartado para poder  entender  lo que tus ojos y el resto de los sentidos intentarán captar en esta nueva experiencia.
Es un renacimiento de valores centrado en su gente y sus costumbres y todo ello adaptado a unas condiciones climatológicas y culinarias que no pasaran desapercibido al extranjero.

Día 1: Nueva Delhi
   Tan pronto como aterrizamos en el Aeropuerto de Nueva Delhi ( Indira Gandhi), comenzamos a intuir que todo lo que habíamos preparado, visto en fotos, documentales  y contado amigos y familiares iban a ser percepciones vagas y pobres de lo nuestro presente inmediato.
Alguien me contó que ya de entrada, lo primero que notaríamos en este  notable cambio iba a ser el ambiente, las temperaturas, concretamente me dijeron:“ Tal como abran  la puerta del avión  la bofetada de calor será tan radical que creerás que te han metido si previa preparación en una sauna…”. Creedme, la definición es bastante acertada…
Sin tiempo de pensar mucho en ello, entras en un antiguo autobús que te dirige a  la aduana del aeropuerto. Allí  empiezas a observar  todo, a decirte a ti mismo que  es real, que ya has llegado. Miras a tu alrededor, ves unas instalaciones humildes, muy sencillas, a la vieja guardia con viejos mosquetones y fusiles recubiertos de madera y cercanos a los ventiladores ( uno o dos) , existentes en la sala.
Piensas, que esto ya no tiene nada que ver con la parada de repostaje y descanso que habíamos hecho en Qatar, donde allí todo era lujo, donde sortean coches de gama alta por la compra de una simple pulsera en sus estantes, donde  los emires se pasean vestidos de blanco guardando en su interior sus innumerables credit cards…
Ahora estamos en Nueva Delhi, aquí ya todo es distinto, no vale de nada eso, todo es más sencillo, hasta el tiempo, la duración de los minutos se doblan y las horas se triplican.
Cuando pasamos el viejo mostrador y nos sellan el pasaporte, pasamos a una galería donde poco a poco, paso a paso nos vamos dando cuenta, que entre todo el pasaje  estamos solos…una pareja sola en Nueva Delhi…¿ Y el resto de la gente que venían en el avión? ¿ Nadie viaja con nosotros?...De pronto se abre paso un joven chaval, nos mira y dice nuestros apellidos, extrañados , no nos queda más remedio que seguirle, al salir, vemos que no hay autobús esperando, no hay clientes…hay un sencillo coche y un conductor…Imaginad nuestro pensamiento…que raro es todo esto, reconozco que estaba algo contrariado, pero adelante…
Ya en el coche nos comenta que en esta ocasión estamos sólo y que en el fondo esto tiene sus ventajas, disponemos de coche y guía  para nosotros en exclusividad…
Todo esto mientras aún  estamos encajando  la particularidad de esta nueva situación y como no, desconfianza del principio…
Analizando en ese momento la situación la cosa quedaba así:
Una pareja en Nueva Delhi
Un viaje en solitario cuando  no parecía que esas eran las condiciones.
A miles de km montados con dos personas que no conocemos de nada y sin tener ni idea a donde vamos…
Así si que se empieza una aventura…

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